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El programa Embajadores Salamanca Convention Bureau nace con el objetivo de distinguir a aquellos profesionales que han contribuido y trabajado activamente para que un evento se organice en Salamanca, convirtiéndola en sede de importantes eventos nacionales e internacionales y participando de esta forma en el desarrollo de la ciudad y provincia, así como en la difusión de la marca Salamanca.

DISCURSO AÑO 2014

Por D. Carlos Fortea

Excelentísimo señor alcalde, queridos colegas galardonados, amigas y amigos:

No hace falta que les diga que es un inmenso honor poder representar esta tarde a los galardonados con la distinción de llamarnos “Embajadores de Salamanca”, y dirigirme a ustedes para decir la palabra más sincera, más expresiva y menos repetida de las que existen: Gracias.

Todos los que estamos aquí esta tarde hemos hecho lo que ha estado en nuestra mano para devolver a esta ciudad una mínima parte de lo que la ciudad nos da. Sé que hablo en nombre de todos cuando lo digo.

Al decir todos, no solo me refiero a las personas que esta tarde y en los días sucesivos vamos a lucir en nuestras solapas la distinción que se nos ha otorgado. Me refiero también a los compañeros que lo han hecho posible. En muchos de los casos, detrás por ejemplo de los congresos que se han celebrado en la Facultad de Medicina, hay equipos enteros, comités organizadores que se han ocupado de cada detalle, desde la reserva de los espacios hasta la preparación de las carpetas, desde la compra de los billetes de los invitados hasta la elección del menú que les íbamos a ofrecer. O hay patrocinadores, sin los que nada sería posible, como ocurre en el caso del ECAN Juvenil, que ha tenido el respaldo, el espacio y el aliento de la Facultad de Traducción y Documentación y sus departamentos. O hay medios de prensa local, que siempre acuden a nuestra llamada y dan a nuestros actos un altavoz sin el que no serían más que flor de un día. O miembros del sector de la hostelería que ajustan los precios porque comprenden que no llegamos a más, y colaboran de esa manera al fin primordial de que la actividad que estamos promoviendo llegue a celebrarse. Hay muchas voces detrás de mi voz. No me es posible aquí mencionarlos a todos, pero sé que hablo en nombre de los galardonados cuando  hago extensiva la distinción a cada una de las personas que se la han ganado, y que nos han elegido a nosotros para poner rostro a su trabajo.

Cada uno de nosotros ha tenido sus propios móviles y sus propias razones para promover los  grandes encuentros que acabo de mencionar, pero me atrevo a decir que en la mente de todos nosotros, cuando empezábamos a gestionar nuestras iniciativas, había un argumento central: Salamanca. Esto tiene que venir a Salamanca. Esto tiene que venir a esta ciudad, porque somos la sede de un centro de investigación puntero, o porque tenemos una tradición que nos respalda en esta materia, o porque ya es hora de que sea aquí donde se celebre este congreso o estas jornadas a las que tantas veces habíamos asistido en otros lugares.

La ciudad en la que vivimos no solo fue un poderoso motor para nosotros, sino un poderoso argumento ante las puertas a las que llamamos: muchas veces abrimos esas puertas –incluyendo, por qué no decirlo, las que guardan la llave de la financiación- exhibiendo los méritos de la ciudad que iba a ser sede de nuestros encuentros, la ciudad que alberga una de las universidades más antiguas del mundo, la que fue capital cultural europea, la ciudad patrimonio de la Humanidad.

Cuando utilizábamos esta palabra mágica, Salamanca, no podíamos suponer que esta tarde nuestros nombres iban a aparecer unidos al de la ciudad. Es una recompensa inesperada,  y una recompensa emocionante.

En el momento de agradecer la distinción recibida, vuelvo a estar seguro de hablar en nombre de todos nosotros al decir que renovamos un voto de lealtad a esta ciudad dorada de la que hemos sacado nuestra fuerza. Ninguno de los encuentros que hemos organizado habría sido posible sin el respaldo inmaterial que nos han dado la historia y la leyenda de esta urbe. Si hemos sido capaces de retribuir todo ese respaldo llevando esta ciudad a más personas, aportando un pequeño ladrillo más al edificio enorme de su prestigio, estamos satisfechos.

No vamos a parar aquí. Seguiremos luchando por proyectar como un faro en el cielo el trabajo que hacemos, por hacerlo más grande. Seguiremos tratando de atraer a las orillas de este río cuántas más gentes que no las conozcan. Seguiremos laborando, que es la única manera que sabemos de hacer las cosas. Esta insignia es un tremendo estímulo para nuestro esfuerzo.

Gracias al Ayuntamiento de Salamanca, gracias al Salamanca Convention Bureau, gracias a todos por hacernos, aunque solo fuera por esta tarde, profetas en la tierra en que vivimos.

Gracias.

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