Discursos

DISCURSO AÑO 2013

Por D. Emilio Corchado Rodríguez

Ilustrísimo señor Alcalde de Salamanca, Señor Presidente de Salamanca Convention Bureau, queridos compañeros y amigos:

Hoy actúo como portavoz de los 11 embajadores de Salamanca reconocidos por su labor en la promoción de la ciudad a través de la organización de congresos, simposios, jornadas y reuniones científicas en nuestro entorno.

Quisiera agradecer también a todos ellos su colaboración en la redacción del discurso, en especial al profesor D. Alberto Orfao.

 En conjunto reflejan un amplio abanico de áreas dispares de la ciencia, del arte y de la cultura que van desde la medicina y las ciencias biomédicas (en sus ramas de la oncología, neurología, genética, inmunología, rehabilitación, toxicología) a la investigación científica y tecnológica (informática, robótica, inteligencia artificial o la tecnología láser), la historia o la música. Pese a esa diversidad en sus contenidos, en común todos los eventos han logrado traer a la ciudad de Salamanca, de nuevo y por primera vez a cerca de 5.000 profesionales que han visto complementado el objetivo central de su visita con los encantos de una ciudad única por su pasado y por su presente.

Es cierto que cada visitante ha tenido que lidiar con ese laberinto que supone llegar a Salamanca, a veces desde los rincones más alejados del mundo, partiendo a veces inseguro de llegar a destino en tiempo y hora (que bueno sería poder contar con una buena comunicación por tren y por avión con el mundo). Pese a todo ello, regresa satisfecho, alegre y con frecuencia lleva consigo el deseo de volver, a una ciudad que ya ha guardado en su memoria. ¿Qué tiene Salamanca qué hechiza al que la ha visitado? ¿Cuál es la clave de la atracción que hace que, pese a estar casi fuera del mapa, resulte fácil convencer de que cualquier evento que se organice en la ciudad será un éxito? Cinco palabras para estos cinco minutos.

Pasado. Salamanca impresiona por la monumentalidad de una catedral que se vislumbra en la distancia, solemne y destacada en la oscuridad de la noche de llegada; ya en la ciudad imprime el recuerdo de su acogedora plaza mayor, única en el mundo por sus piedras y por su vitalidad; asombra la densidad monumental del barrio antiguo.

Belleza. La ciudad hoy es única. Una zona histórica limpia, segura, cuidada, bonita.

Encanto. Contrasta la mezcla de tradición con el futuro que se respira, la tranquilidad de una ciudad casi peatonal (a casi todos sus rincones se puede llegar andando), con la actividad continúa rebosante de juventud, cultura y saber.

Alegría. Impresiona el potencial de futuro condensado en los miles de jóvenes universitarios y la diversidad de lenguas y culturas, que desafortunadamente seguimos sin poner en valor. Sorprenden sus gentes, su carácter directo y acogedor, su mezcla de orígenes y edades; en las calles o en los bares, una alegría que contagia.

Saber. La Universidad, verdadero motor de la ciudad. Una empresa que pervive en actualización y adaptación continúa por casi 800 años; edad única entre instituciones públicas y empresas. Cuna de saber y polo de atracción para gentes de los más lejanos rincones del mundo, como se refleja hoy aquí en los eventos científicos y culturales que se realzan.

Ante este cuadro que les dibujo, entenderán que es imposible no ser embajador de una ciudad así, con o sin distinción. Claro que con esto, estoy restando méritos a los embajadores de Salamanca 2013 aquí presentes; pero, por ello, estamos también en mejor posición para agradecer este reconocimiento. Agradecemos a Salamanca Convention Bureau y todos sus socios por la iniciativa, al Ayuntamiento de Salamanca por el esfuerzo diario en cuidar de la ciudad, a la Universidad y el Museo de la Catedral, como representantes de las instituciones que han acogido y apoyado nuestra labor y, en general, a toda la ciudad de Salamanca y sus gentes, quienes en definitiva hacen de la ciudad, lo que ella es y representa.

He querido dejar para el final, nuestro agradecimiento más profundo y un reconocimiento muy especial, a muchos de los que están hoy aquí acompañándonos y otros que no han podido venir; un reconocimiento por su apoyo y su esfuerzo en casa y en el trabajo, ya que ellos son en realidad los verdaderos merecedores de esta distinción. Muchas gracias.